Entrevista | Elisa Ferrer Escritora

Elisa Ferrer: «La ficción es ideal para empatizar con personas reprobables»

La mayor estafa y el mayor estafador en la historia de Benidorm protagonizan "El holandés", la nueva novela de la autora de «Temporada de avispas»

Elisa Ferrer, autora de "El holandés", en Benidorm, un personaje fundamental de su nueva novela.

Elisa Ferrer, autora de "El holandés", en Benidorm, un personaje fundamental de su nueva novela. / Iván Giménez

Voro Contreras

Voro Contreras

Elisa Ferrer tenía el argumento de su nueva novela a pocos metros de su casa en l’Alcudia de Crespins. La historia de un amigo de la familia que en la década de los 80 logró vender por varios cientos millones de pesetas un solar en primera línea de playa de Benidorm que no era suyo. A partir de la persona real Ferrer ha modelado al personaje Rafael, el caradura de ambición desmedida que protagoniza "El holandés". Y a partir de sí misma ha modelado a Alba, la escritora que cuenta su historia. Pese a los sorprendentes paralelismos con la vida real (o todo lo real que puede ser la vida de quien llegó a ser el «rey de los bajos fondos» de Benidorm) la autora valenciana -que en 2019 ganó el premio Tusquets con "Temporada de avispas"- insiste en que el suyo es, ante todo, un libro de ficción. «Al principio no me apetecía nada meterme ahí, en contar algo que le había pasado a alguien de mi pueblo y al que conocía de toda la vida. Pero me di cuenta que, a través de él, podía hacer algo que sí me apetecía: escribir sobre la mierda de mi tierra y de la corrupción que hay debajo casi de cada cosa: Benidorm, la Ciutat de les Arts...». 

Rafael me parece un personaje muy valenciano. Diría incluso que en mi pueblo podría identificar a uno o dos «rafael».

Totalmente. Es un señor típico de Valencia y típico de esa generación. Gente que nació en los 40 o 50 y que en los 80 y 90 estuvieron tratando de ser más listos que los demás. Y hay mucha gente así, el típico simpático y caradura que si toca poder se hace corrupto y si no, intenta medrar igual.

Como cierto alcalde abogado sin nombre que aparece en su novela.

Por ejemplo. Ahí no voy a decir nada más.

Por alguna razón, es gente que pese a su catadura moral, suele caer bien.

Quería jugar con eso, con un personaje que haga cosas moralmente reprobables, pero que caiga bien. No tengo la explicación a ese fenómeno, y quizá por eso escribo sobre él. He intentado que pese a todo lo grave que comete, el lector empatice con él. Es algo que como escritora y lectora me gusta pero que en la vida real me provoca rabia. La ficción es ideal para empatizar con este tipo de personajes pero también para reflexionar por qué nos caen bien y por qué les hacemos caso.

¿O por qué les votamos?

Yo no, pero una gran mayoría de gente sí. Una de las series que más me gusta es «Los Soprano» porque un personaje como Toni Soprano es una obra maestra de cómo crear un personaje con un montón de matices morales que, pese a ellos, nos enamora.

Elisa Ferrer, autora de "El holandés", en Benidorm, un personaje fundamental de su nueva novela.

Elisa Ferrer, autora de "El holandés", en Benidorm, un personaje fundamental de su nueva novela. / Iván Giménez

¿Síndrome de Estocolmo?

¿Ha sentido una especie de síndrome de Estocolmo con Rafael?

Con el de ficción un poco sí, pero con el real no. Me llevo muy bien con el Rafael real pero no me gustan cosas que hace o dice.

¿Qué ha ganado el Rafael real gracias a la ficción?

Con la ficción siempre podemos jugar a hacer las cosas más grandes y mejor. Creo que el Rafael de ficción es más encantador, más simpático, más carismático. Quedaba mucho con él e iba cogiendo las cosas que más me gustaban para modelar al personaje. Al principio quería traspasarlo a la novela tal cual es, pero es un error hacer eso cuando quieres construir un personaje de ficción. Me tuve que pelear mucho con él, con su identidad, con su lenguaje, para lograr un personaje que me sirviera.

¿Y qué ha perdido?

Puede que historias que no están en la novela y que me tengo que guardar para mí porque me pidió que no las contara.

¿Cómo ha reaccionado el Rafael real ante su personaje?

Me llamó cuando llevaba leído la mitad del libro y me dijo que la parte de Alba era muy aburrida y se la saltaba, pero que la de Rafael le gustaba.

La sombra de Rafael Chirbes

Leyendo «El holandés» hay un nombre que, por el paisaje y el paisanaje de la novela, me ha venido muchas veces a la cabeza: Rafael Chirbes.

Soy muy fan de Chirbes y creo que queda muy lejos de El holandés. Cuando escribí esta historia me negué a releer a Chirbes porque no quería que me influyera. Pero Chirbes es inevitable si hablas de esta tierra y hablas de corrupción y de este tipo de personajes que abundan, porque fue él que empezó a contar todo esto.

¿Ha tardado demasiado la literatura valenciana en contarse de esta manera?

Es que hay tanta literatura en todo esto, tenemos mucho que contar de estos personajes para entender muchas cosas. Es importante reflexionar sobre de dónde venimos. Yo al personaje de Rafael lo cuento desde el punto de vista de una chavala que tiene la mitad de su edad y que tiene que ir cambiando de casa porque tiene un trabajo precario porque hay gente como Rafael que se ha dedicado a estafar con solares o a venderlos por mucho más de lo que cuestan, que no declaran a Hacienda y han creado una burbuja inmobiliaria muy fuerte. Y por eso Alba me vale para contar que de esos barros como Rafael, estos lodos.

¿Benidorm actúa como otro personaje?

Benidorm ya no es un paisaje solo, es un personaje de ficción que va en paralelo a Rafael. Los dos comienzan su historia fingiendo lo que no son y acaban encontrando la identidad que buscaban. Rafael era un dealer de poca monta que acaba estafando una pasta y perseguido por la Interpol. Y Benidorm era un pueblo pequeño que quería ser una ciudad de vacaciones y lo acaba siendo.

Elisa Ferrer, autora de "El holandés", en Benidorm, un personaje fundamental de su nueva novela.

Elisa Ferrer, autora de "El holandés", en Benidorm, un personaje fundamental de su nueva novela. / Iván Giménez

La ambición y el ego

Y además, los dos parecen bien orgullosos de ello.

Sí, están supercontentos de la gesta que han logrado. No les importa tanto el dinero sino que trascienda su historia. E incluso Alba, también quiere trascender, no tanto a través de la descendencia sino de lo que hace. Ella también es ambiciosa como Rafael, pero de otra manera.

¿Comparte la escritora Elisa Ferrer la ambición de la escritora Alba?

Todos los autores tenemos ego, no te lo voy a negar. Quiero que lo que escribo esté bien y que le llegue a la gente, pero no sé si eso es ambición, no lo reflexiono tanto. Egocéntrica sí que soy un poco. Escribir, escribes, pero es el ego el que te mueve a publicar.

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