Hasta 2.500 habitaciones de alquiler distorsionan la oferta de vivienda turística

Los empresarios del sector cifran en 5.770 el número real de inmuebles para turistas porque las estancias compartidas y privadas no deben contarse

Una mujer pasa por delante de un apartamento turístico ubicado en un bajo comercial. | GERMÁN CABALLERO

Una mujer pasa por delante de un apartamento turístico ubicado en un bajo comercial. | GERMÁN CABALLERO / josé miguel vigara. valència

José Miguel Vigara

José Miguel Vigara

El rechazo social y la movilización ciudadana contra los apartamentos turísticos, las Viviendas de Uso Turístico (VUT), "que han brotado como setas" en los bajos comerciales de barrios como Morvedre, Patraix, Sant Antoni, la Isla, Ayora, el Cabanyal, El Carme o Russafa, ha puesto sobre la mesa la necesidad de regular el sector de una manera urgente.

La Federación de Vecinos, diversas entidades vecinales de estos barrios, Compromís y PSOE claman ya por una moratoria que limite la expansión de pisos turísticos en los barrios más masificados. Sin embargo, visto desde el lado del turista y de los empresarios del sector urge una normativa que pueda frenar la expansión de infraviviendas que se utilizan como viviendas turísticas. Esa ordenanza o regulación debe garantizar el descanso de los vecinos y tiene que garantizar a los propietarios que regentan pisos para turistas que tengan la seguridad jurídica que necesitan para desarrollar su negocio.

El secretario de la Asociación de Viviendas de Estancias Cortas de la Comunitat Valenciana, Rafael Encarnación, acusa a PSOE y Compromís de "crear alarma social al difundir el dato falso de que en València existen 10.286 viviendas turísticas y que en un solo año han crecido los pisos turísticos ilegales en un 38%". Encarnación señala que en València hay realmente 5.770 VUT porque en esas 10.286 "se están incluyendo hasta 2.500 habitaciones privadas y compartidas; además de plazas en autocaravanas, barcos y en glamping, esto es, cámpings de lujo", por citar algunos casos.

Las estancias que se arriendan entre particulares distorsionan el mercado del alquiler, en especial, el turístico, y también lo encarecen. Basta entrar a los portales inmobiliarios para comprobar que esta modalidad de alojamiento se ha extendido por toda la ciudad, con el añadido de que son estudiantes y turistas los que más la usan.

El directivo de Avaec señala que la vivienda turística "no tiene encaje en el actual PGOU de València, carece de regulación". Por eso, reclama una normativa que aporte "seguridad jurídica" para los inversores y que se dé participación a estos empresarios en el Consell Municipal de Turismo. Por ende, los intentos del anterior gobierno municipal "de fijar restricciones a las VUT, fracasaron, pues la justicia los tumbó como en Ciutat Vella".

Con todo, la vivienda turística se rige por la Ley de Turismo y los operadores legales dan de alta sus inmuebles en el registro que actualiza la Generalitat periódicamente. Por supuesto, también exige que el ayuntamiento y la Generalitat "persigan y sancionen" a los ilegales.

Respecto a la proliferación de bajos turísticos, de plantas bajas y locales comerciales que se han transformado en viviendas, Rafael Encarnación señala: "No nos gustan este tipo de productos inmobiliarios pero desde los cambios introducidos en 2018 en las normas urbanísticas del PGOU por el Govern del Rialto nos han abocado a instalar los apartamentos en la planta baja o en la primera". "Es legal hacerlo y no se puede denegar la licencia de obras" cuando se solicita al ayuntamiento.