EMPRESAS

Nuria Luna: "Las empresas deben ser sostenibles, pero también rentables"

La principal dirigente de la firma valenciana PInturas Blatem aboga por la mayor presencia de mujeres en tareas directivas en el mundo de la economía

La dirigente de Pinturas Blatem lamenta que Europa exiga unas normas en materia de seguridad y sostenibilidad que no pide a otros países que no forman parte de la UE

Nuria Luna, en las instala-
ciones de Levante-EMV, el 
pasado lunes. GERMÁN CABALLERO

Nuria Luna, en las instala- ciones de Levante-EMV, el pasado lunes. GERMÁN CABALLERO / JOSÉ LUIS ZARAGOZÁ. valència

José Luis Zaragozá

José Luis Zaragozá

Nuria Luna Jiménez, CEO de Pinturas Blatem

Nuria Luna Jiménez tomó las riendas de Pinturas Blatem, con fábrica en Torrent, en vísperas de la pandemia, en enero de 2020, tras pasar algo más de una década en el departamento de marketing. Entonces, la pequeña de tres hermanos de la familia Luna-Jiménez, aficionada al yoga, running y al cine, tuvo que tomar muchas decisiones que han marcado el rumbo de una compañía familiar en manos ya de la segunda generación. Es licenciada en gestión comercial y marketing por ESIC y varios másters: MBA (IE Business School), Marketing Digital y Comercio electrónico (EAE Business School) y Inteligencia Emocional (Universitat de València). Se implica en la participación institucional. Así, participa en la comisión de reputación y comunicación corporativa en la CEV, de Quimacova, AVE, EVAP, club corporativo de Cámara Valencia y es miembro de la junta directiva del instituto tecnológico Itene. Además, Pinturas Blatem es empresa patrona de EDEM. Es muy amante de los animales, sobre todo los perros. Pilota una compañía de 80 trabajadores, con una facturación de 13,6 millones de euros. Y tiene planes de crecimiento.

Pinturas Blatem supera las seis décadas de edad. Eso es poco habitual en una empresa familiar. ¿Cuáles han sido las claves de su trayectoria?

Mi padre empezó como pintor a los diez años. La pintura corre como la sangre por nuestras venas. La historia de la empresa familiar despegó sobre todo en 1977, cuando mi padre adquirió una pequeña empresa de pinturas ubicada en València. Era un enamorado de la pintura aunque sin nociones ni experiencia en gestión empresarial. Aprovechó la industria local de la zona de Torrent para adquirir una máquina chocolatera de segunda mano. Tenía nombre: ‘Josefina’. Así empezó todo. Y aquí seguimos en el mercado, en medio de grandes multinacionales y pymes. Luchando día a día.

¿Qué se pinta con pinturas de Blatem?

Pues muchos hogares, urbanizaciones u hoteles. También estaciones de ferrocarril. Incluso la cúpula dorada de una mezquita en Costa de Marfil. O el cuartel de la guardia civil de Lanzarote. También colaboramos con artistas falleros y hemos participado en la pintura de fallas como la del Ayuntamiento o Na Jordana. En fin, en muchos sitios.

Lecciones aprendidas

Tomó las riendas en plena pandemia y tiempos de confinamiento. ¿Qué lecciones ha aprendido?

Que se pueden hacer muchas cosas. Soy la tercera de tres hermanos (Susana y David). En ningún momento estaba previsto que yo fuera la dirigente de la compañía, si bien a veces las cosas suceden así. Soy el ‘plan B’ porque no estaba previsto que cogiera el relevo. Mi hermana estuvo bastantes años gestionando la empresa y en 2019 decidió dejarla. Entonces, cuando vino la pandemia, el 14 de marzo de 2020, le tuve que decir a mi padre: -«Papá, vete a casa y cuida de la mamá». Me encontré que éramos solo siete personas en fábrica. Y había que seguir produciendo. Aprendí a hablar, a empatizar con la gente, a saber escuchar. La gente estaba fabricando con guantes y con mascarilla. Aprendí a salir de la zona de confort.

Nuria Luna, en un momento de la entrevista.

Nuria Luna, en un momento de la entrevista. / G. Caballero

Entre incertidumbres políticas en el Gobierno de España, elecciones y elecciones políticas: País Vasco, Cataluña, Parlamento Europeo... ¿qué piensa una empresaria que tiene que tomar decisiones todos los días durante 2024?

Lo notas muchísimo. Hay muchas decisiones que las administraciones políticas no adoptan y por eso se paralizan inversiones empresariales. Hay infraestructuras, obras civiles o viviendas que se paran a expensas de las decisiones de los políticos.

¿Será 2024 otro año difícil para las empresas valencianas?

En general será un año complicado. Antes de la pandemia hemos estado viviendo años difíciles, aunque las crisis,entonces, eran cíclicas. Duraban siete u ocho años y había cambio. Ahora, parece que son anuales. En la industria química notamos la escasez de materias primas y el impacto de la guerra en Ucrania y la tensión en Oriente Medio. La evolución del precio del petróleo nos va a pasar factura. Pero hay otro factor añadido. Europa regula muchísimo el sector y eso nos afecta directamente porque estrecha márgenes. Tienes que hacer inversiones mayores para ser sostenible y cuando sales a competir fuera de Europa pierdes competitividad. Europa regula a las empresas químicas y hace la vista gorda con las importaciones de terceros países.

¿Las empresas familiares, consideran suficientes los recortes fiscales que ha aplicado el Consell para la transmisión de la propiedad?

Todas las ayudas a la empresas familiares me parecen buenas. Las pymes familiares conformamos el 95% del tejido productivo de España. Hay que apoyarlo.

Impacto de los costes

¿Cómo impacta el incremento de las materias primas en las empresas?

Nos afecta directamente en los márgenes de la empresa, que se contraen.No se puede repercutir estas subidas al mercado, por lo que la rentabilidad se ve afectada. Las materias primas deben ser sostenibles para cumplir los objetivos de 2030. Pero hay que ser competitivos, por ejemplo cuando vas a Turquía. Allí, la legislación medioambiental no es tan exigente. Y tienen ventajas, claro. Nosotros somos fabricantes pero necesitamos materias primas. Hay operadores muy grandes que si ellos no hacen los cambios a nosotros no nos llegan.

El primer Certamen de Arte urbano fue una idea de Blatem. ¿Ha despertado la conciencia de muchos artistas?

Sí. Cuando mi madre falleció, en 2021, decidimos también hacer un homenaje. Optamos por crear el certamen ‘Encarna Jiménez’, que era como una manera de recordarla y también de potenciar y fomentar la cultura a través del arte urbano. Y qué mejor manera que hacerlo a través de la pintura. Nos sorprendió la cantidad de gente que lo solicitó para presentarse a pintar. Además, cuando conocieron el por qué de la historia también les gustó la iniciativa. Es la manera que una empresa familiar tiene de honrar a sus progenitores.

Nuria Luna, en las instalaciones de Levante-EMV.

Nuria Luna, en las instalaciones de Levante-EMV. / G. Caballero

Al poco de tomar el mando de la compañía decía: «Formo parte del 7% de mujeres CEO en Europa, pero he aprendido a coger ventaja». ¿A cuánto debería llegar ese porcentaje?

Hay recorrido de mejora. Creo que aún tienen que pasar unas cuantas generaciones para que ese porcentaje suba. Y creo que una manera de que aumente este porcentaje es que las mujeres en puestos directivos sean más visibles. Una vez que estás en el puesto nos centramos en el trabajo y no en la divulgación. Se nos debería ver más.

El sector de la construcción se está reactivando, tanto en vivienda nueva como reformas. ¿Cómo influye en su negocio?

Se ve cierta alegría en la Comunitat Valenciana aunque no es igual en todas las autonomías de España. Lo que no se ven son grandes obras. Sí que se está haciendo mucha rehabilitación. Y eso nos beneficia.

Apuesta por el exterior

¿Son tiempos de salir más al exterior?

Aún quedan muchísimos fabricantes de pintura en toda Europa. Hay procesos de concentración. La empresa familiar más grande española, que era Industrias Titan, fue comprada por Azko Nobel. Es un monstruo, una multinacional. Aquí están todas. En el mercado las pymes tenemos que competir con grandes corporaciones. Y sí, es el momento de salir al exterior. No es tan elevada como nos gustaría la exportación. Estábamos en países como Argelia, que por circunstancias políticas no va tan bien como quisiéramos. También teníamos presencia en Ucrania. Vendemos en muchos países, como Portugal, Francia, República Dominicana, Chipre y Grecia, entre otros. Seguiremos creciendo en nuevos mercados.

¿Qué planes de innovación tiene la empresa?

La innovación de la compañía está basada en la tradición. Pinturas Blatem cuenta con unas 4.000 referencias de pinturas diferentes. Estamos trabajando con distintos institutos tecnológicos en temas de innovación para lanzar nuevos productos. Prevemos lanzarlos, posiblemente, en 2025.

Nurcia Luna, CEO de Pinturas Blatem.

Nurcia Luna, CEO de Pinturas Blatem. / G. Caballero

¿Qué estrategias de sostenibilidad prepara para 2024?

Para mí la sostenibilidad es fundamental, pero también es importantes la sostenibilidad financiera. Las empresas deben ser sostenibles, pero también rentables. Europa nos exige ser más sostenibles y requerimos mayores plazos y ayudas porque un producto sostenible es un producto mucho más caro de producir. Y el consumidor tiene que adaptarse.

¿La gente está dispuesta a pagar más por las pinturas sostenibles?

Cuando vas a hacer la cesta de la compra y vas a comprar un tomate ecológico, que ya te cuesta más, no todo el mundo lo paga. Es cierto que en la edificación están los productos y pinturas que tienen una serie de clasificaciones. Eso te ayuda a que el edificio sea más sostenible. ¿Pero el consumidor final va a pagar por un producto más sostenible para pintarse su casa? Pues yo creo que eso aún llevará tiempo. Tenemos que trabajar en eso y concienciar a los consumidores y creo que también aquí la Administración debería hacer un poquito más de campaña: ayudar a las empresas y concienciar más a a la gente.